No Title emerge de un viaje introspectivo e inconsciente hacia territorios ambiguos entre la realidad y la imaginación, paisajes que se crean y se desdibujan a partir de la simplicidad del arte fotográfico y la búsqueda de espacios arbitrariamente vacíos en ciudades densamente pobladas. La narrativa se centra en el cambio de lugares no específicos, ocultos y espirituales, dentro de un ciclo emocional que va desde el vacío y de vuelta, donde las cosas aparecen y desaparecen como un loop impreciso del lenguaje en busca de su propio significado.

El lenguaje utilizado aquí no es otro que el juego entre la luz y la oscuridad, que se nutre de diferentes elementos y herramientas ópticas en medio de un experimento significativo. Este experimento se lleva a cabo mediante un aparato híbrido entre una cámara estenopeica y un teléfono móvil que logra alteraciones visuales y se aleja de la mirada convencional. La creación de este dispositivo permite explorar los rincones más frágiles de la imagen, donde prevalece una sensación de tránsito y atemporalidad. Las imágenes resultantes son imperfectas, independientes del curso del tiempo y a la vez, a punto de disolverse, llenas de significado.

No Title representa una provocación al vacío, un experimento contra la oscuridad y el olvido. Fuerza apariciones que rompen la monotonía del negro, de manera similar a como lo hizo en su momento la cámara oscura, tal vez con el mismo objetivo: cerrar la brecha entre lo inexplicable y lo expresivo, entre lo inefable y lo significante.