El andar como reflexión es el vehículo de esta investigación que se centra en el estudio de cómo se
comporta el ser humano en el espacio público. Entender el sin sentido de lo que ocurre fuera es comprenderse a uno mismo. El tiempo transcurre rápido entre una sucesión de estímulos efímeros encuadrados en un mundo hiperconectado que nunca volverá a ser el mismo. Se recomiendan caminar 10.000 pasos al día para mantener un buen hábito de salud. Pero esto no es del todo cierto.

Este proyecto tomando como naturaleza la confirmación anterior a través de imágenes tomadas con un iPhone manifiesta el sin sentido cotidiano. La comunicación se establece con diálogos escuchados en la calle pronunciados por personas anónimas y sin contexto sin mantener una estrecha relación con la imagen. Así se rescatan extractos de imagen y palabra sin conexión. Una poesía en boca de muchos. La imagen está a un paso o quizá miles, en el recorrido hacia tu casa o a por el pan. Conversar con
el espacio urbano es siempre hacerse preguntas a uno mismo. O que te las hagan a ti.